febrero 22, 2017

Cultivando la lectura

Soy José Antonio Vílchez Chávez, de la comunidad San Isidro, en el distrito de José Sabogal, provincia de San Marcos, en Cajamarca, Perú.
Para mí la lectura significa un refresco de la mente. Por decir: después de un trabajo, después del cansancio de la chacra, agarrando el libro uno se distrae. Bueno, según el libro que leamos…
Siempre la lectura es un refresco: nos despeja de las preocupaciones en que estamos metidos.
Por eso, la presencia de nuestras Bibliotecas Rurales es un logro.
Yo más antes tomaba y eray discutidor con mis amigos, pero cuando llegué a Bibliotecas Rurales, me formé, me autoeduqué con todos: ahora yo puedo autoeducar a otras personas, en colectivo.
Cuando mi comunidad dijo “Antonio, has cambiado mucho”, entonces yo comencé más a formarme así. Y no era el único: todos mis compañeros en este camino, y personas de diferentes naciones, de todo el mundo, compartiendo y formándonos. Eso ya fue un ejemplo que podíamos compartir en la comunidad.
Mi rol en la comunidad es mostrar que soy amante a la lectura. Porque si no somos amantes a la lectura no podemos desafiar a nadie, no podemos ni presentar un libro ni explicar el tema de un libro.
Por eso mi mejor desafío es seguir leyendo y seguir compartiendo con los niños, con la gente joven. Aunque ya los adultos casi no quieren leer: será por situaciones de los celulares o por la televisión que ya están en otras cosas, ya ven otras cosas de distracción y han dejado la lectura de lado. Pero tenemos ánimo de seguir cultivando la lectura.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué belleza, qué entereza, qué contundencia.

Un abrazo muy grande,

Javier Naranjo

Kepa Osoro Iturbe dijo...

Subrayo una idea de las muchas estupendas que escribe José Antonio: el rol de los bibliotecarios y demás usuarios de nuestras bibliotecas rurales es MOSTRAR QUE SOMOS AMANTES DE LA LECTURA. Sí, sintámonos orgullosos de ser lectores, leamos delante de los demás, tanto de nuestras y nuestros compañeros comuneros como de otros miembros de nuestro entorno que no están en principio tan cercanos a nuestro proyecto.

La mejor manera de "contagiar" nuestra pasión por la lectura no es "hablando" de ella sino dando ejemplo del gozo y el beneficio que los libros nos provocan. Leamos delante de los demás, junto a ellos y ellas, démosles de leer y permitámosles que nos lean a nosotros, así, siempre amorosamente, con el mismo compromiso y humildad con que lo hacen bibliotecarios como José Antonio.